La islamizacion de Europa

Europa se islamiza, lo hace inexorable y lentamente, pero con la seguridad del no retorno. Las modernas invasiones no son más que la continuación de lo que siempre ha sido una realidad en el mundo conocido, un continuo movimiento de personas que buscan prosperar. Es del todo legítimo aspirar a superarse a sí mismo, tienen todo el derecho a alcanzar sus sueños, a converger en el bienestar que a los europeos se nos supone. La población se divide entre los partidarios de eso que llaman solidaridad, y los que consideran que sus miedos ancestrales reverdecen ante la presencia de extranjeros en su patria. Los hay que se prestan a la acogida con los brazos abiertos, los hay que lo hacen con las armas prestas, o las patadas, como esa reportera húngara que recorre las redes sociales en postura karateka.

Europa está mayor, la decrepitud no le ha llegado por el movimiento alpino que en su momento la rejuveneció del herciniano, le ha llegado por su propio hartazgo de creerse heredera del legado de dios. Sí, ya sé que de un tiempo a esta parte, los ángeles redentores son los Estados Unidos de América, pero eso no es óbice para que la vieja guardia pretoriana siga opinando sobre lo que ocurre en el mundo. Nos invaden, por tierra y por mar. La aviación migradora aún no parece que sea usada por los que buscan nuestro cobijo. No hay vuelta atrás ni cruzadas que aprestar contra el infiel, ya que infieles somos todos los que hemos renunciado a nuestros orígenes.