Descargas de seis años

Gallardón ha debido perder los papeles (de Bárcenas), si no, es difícil comprender como barrunta lo legislable en su disciplina. Como ministro estaría muy bien que se preocupase de las inquietudes sociales del momento, que prestara la debida atención a las demandas ciudadanas y acudiera los viernes al Consejo de ministros con algo que aportar. Parece ser que no es así, da la impresión que se ha vuelto de espaldas mientras dicta sus memorias al amanuense de turno, y se empecina en ver gigantes en lugar de molinos.

Dicen las malas lenguas que tras sus devaneos con el aborto y las consecuencias penales que conllevará esta inveterada costumbre, anda tras la idea de castigar los trapicheos informáticos de arrabal. Vamos, que la gente contrata internet para comprar on line. Las descargas que ellos llaman ilegales, no son más que el reflejo de una constante, una clara indicación de que los usos que damos a nuestra inversión en las compañías telefónicas, son eso, pagamos un servicio. Si ellos quieren decirme que descargarme una película que ya ha pasado su trámite por las salas de cine, o una canción que dentro de dos meses ya habrá pasado de moda, se llama piratería, entonces no saben de las andanzas de ingleses y holandeses por la mar océana.

La SGAE, sí ha demostrado ser un nido de piratas, sí han constatado sus dirigentes que el latrocinio formaba parte de sus habituales quehaceres diarios ¿Quiere castigarnos por delinquir? Muy bien, comience buscando entre sus acólitos y afines ¿Cuántos procesos tiene abiertos la clase política? ¿Cuantos están por llegar? Si me llama delincuente, que sea por una cuestión real, que efectivamente haya traspasado el articulado del Código penal. Pero eso sí, el que previene de ciertas conductas que afectan a los demás, el que castiga las transgresiones que alteran el orden público, las que causan daños reales.

Una vez aceptado que no se baja de la burra, y que soy un delincuente, al menos permítaseme el beneficio penitenciario de la remisión de pena. Pero no como reducción de condena por buena conducta, o por esas cuestiones espurias que se han inventado ustedes como prevención de arrieros. Me refiero a que si hay que castigar, se haga con los fundamentos que el derecho nos ha legado. La condena en España busca la rehabilitación del reo, la reinserción de ese díscolo a la sociedad ¿Ha oído hablar de la adecuación de la pena? ¿De la proporción entre el castigo y el hecho cometido? Lógicamente a mayor grado de alteración del orden público, mayor será la pena a imponer ¿Cree que unas descargas a través de la red causan tanto trastorno social como para imponerle una condena de seis años? Por esa regla de tres, el asesinato debería ser castigado con sesenta años de prisión ¿O no cree que esta acción multiplica por diez a la otra. Hágaselo mirar señor ministro.