Cumplo, ergo exijo

Me ha vendido un coche sin motor. Me ha vendido una póliza de seguros y yo quería un préstamo. Se han caído los azulejos que me colocó ayer en la cocina. Me acaba de extraer una muela y lo que yo quería es que me empastara la otra. El pan que me ha vendido sabe a pollo. Agente, que me ha denunciado por no hacer el stop, y mi coche estaba aparcado. Me ha pasado el recibo de la luz de mi vecina la del tercero... Así podríamos estar toda la cuarentena. Entonces, si todo esto nos parecería extraño y no estaríamos dispuestos a tolerarlo, ¿Porqué tenemos que aceptar que el gobierno no ha estado a la altura en esto del coronavirus? ¿Por qué asumir que les ha desbordado en sus previsiones? No, a cada cual se le exige en función de sus responsabilidades. Es más, según se derive de esas responsabilidades, la exigencia será mayor. Si se cayeron los azulejos, habrá que reponerlos. Si se extrajo una muela sana, habrá que indemnizar; y si se han derivado muertes de una negligencia, habrá que responder penalmente por ello.