Publicado desde Overblog

Los que manejan los hilos del mundo invitan, proponen, exigen y terminan imponiendo a los gobiernos unas conductas económicas que en nada coinciden con nuestras preferencias, las del ciudadano de pie o en bicicleta. Se esconden tras unas siglas: FMI, UE, BCE… para no dar la cara, unas caras decrépitas que al estilo Dorian Gray, pretenden no envejecer. Lo cierto es que sí lo hacen. Envejecer es algo connatural a ser humano. Envejecemos mientras vemos como los parapetados tras las siglas citadas, nos van demorando cada vez con más insistencia la existencia.
El mantenimiento de unas sociedades basadas en el lucro cesante, no puede perdurar si no se toman medidas que arrojen esos dividendos que ellos dicen han dejado de percibir, por que vivimos por encima de nuestras posibilidades. Así, bajando los salarios, incrementando la recaudación a través de imposiciones fiscales, o despreciando el gasto social, se consigue alargar ese tiempo de envejecimiento propio, esa antesala de su propia defunción.
En ocasiones, la gente, harta de esta situación que le aboca a la miseria más absoluta, propone un cambio, una salida que le permita subsistir. Lamentablemente no hay muchas opciones: Capitalismo salvaje o Comunismo maquillado. Con el primero tenemos asegurado un futuro de indigencia, con el segundo no tenemos futuro.