La culpa fue del Cha Cha Chá

Ahora resulta que detrás de la huelga de transportistas está la ultraderecha. Te lo dicen así, y se quedan tan panchos, como si culparan a Ayuso, la guerra, el cambio climático, la Agenda escolar, o Dora la exploradora. Este gobierno ha perdido la vergüenza hasta el punto de considerar la apatía ciudadana como síntoma de estupidez. La huelga de transportistas no es más que la antesala de la de agricultores, ganaderos, notarios, profesores, guardias civiles, jubilados y cualquier funcionario o autónomo que ve, como le velan el futuro con las carencias del presente. La economía está hecha unos zorros, no porque Putin haya invadido Ucrania, ni porque el petróleo se haya disparado, ni Ayuso presida la Comunidad de Madrid, ni porque VOX haya entrado en el gobierno de Castilla León. Solo hay un culpable: el gobierno. Podemos buscar responsables alternos, colaboradores necesarios que coadyuven a esta situación alarmante. Pero, el único culpable es el gobierno con sus políticas de despilfarro, su voraz apetito recaudatorio, su nefasta gestión de la cosa pública, y su nula visión de la realidad venidera. Hasta ahora, una mano invisible —alejada de las teorías de Adam Smith—, sostenía este engendro comunista de mariscadas sindicales y arrobamientos lingüísticos (no es para menos la vergüenza ajena) que nos ha mantenido en la inopia de un estado de alarma ilegal con privaciones de derechos, incluido el de control parlamentario. ¿Quién asesora u ordena a la Comisión Europea? Yo no lo sé, pero alguien ha dado orden de mantener a este engendro en el poder. Pero, parece ser que ya la fiesta toca a su fin. El BCE ha decidido dejar de comprarnos deuda pública, y tal vez, porque como buenos banqueros saben que no la podemos afrontar, que el impago será una realidad a corto, medio o largo plazo. Los Jinetes del Apocalipsis eran cuatro que montaban a caballo: Hambre, Guerra, Peste y Muerte. No nos predijo la Biblia de una quinta a lomos de un burro: Pedro Sánchez.