La cigarra y la hormiga (cuento)
La hormiga se pegó todo el verano trabajando sin contrato, lo que viene siendo en negro. No declaró ni un solo grano a Hacienda, no cotizó a la Seguridad Social.
La cigarra cantaba sin pedir canon alguno, desinteresadamente, ajena a la SGAE.
La hormiga queda como la buena trabajadora, la honrada hija de puta que negó una mísera porción de alimentos a la desdichada cigarra que solo cantaba por amor.
Para estar informado de los últimos artículos, suscríbase:
Comentar este post